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Resisténcia al cambio


Hoy he salido a pasear, imagino que en la situación actual somos muchos que miramos con un poco de paseo al aire libre hacer más portable eso de no poder salir del municipio, pues bien, el paseo no sería nada notoria si no fuera por dos cosas de las que me he dado cuenta.

La primera y que si me sigues en redes sociales ya has visto, es que me cuesta mucho muchísimo deshacerme de las zapatillas de andar, cuando encuentro unas que me van bien, las exprimo hasta que casi no pueden más, y la única señal que les falta darme es escribirme un whatsapp.

La otra ha sido ver con sorpresa que 8 de cada 10 grupos que nos hemos encontrado, además de pasear con personas que no eran del grupo de convivencia, no llevaban mascarilla puesta ni hacían distancia.

Entre estos dos hechos aparentemente tan dispares hay un factor común, la resistencia al cambio. ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar? ¿Por qué nos aferramos al status quo incluso cuando este puede llegar a ser claramente perjudicial?

A primera vista podríamos pensar que es una cuestión de información, pero tanto para el ejemplo de las mascarillas, como para el tabaco, las drogas o el alcohol, la información hoy en día está ampliamente difundida y es conocida , y sin embargo, son conductas que persisten, y no sólo persisten en quien ya las tiene sino que la adoptan personas que no la tenían.

Esto es así porque la información si bien es necesaria, no es ni mucho menos suficiente. Los motivos que a menudo nos llevan a adquirir o mantener una conducta poco saludable van más allá de la parte puramente racional, y se entrelazan con ideas preconcebidas, miedos, motivaciones, etc.

Un aspecto a tener en cuenta es que en sí, ninguna conducta tiene el 100% de las consecuencias negativas (si fuera así, sería seguramente más fácil dejarlas), sino que aporta aunque sea de manera inconsciente algún beneficio para la persona que la lleva a cabo, y al que a menudo no ha prestado atención ni se ha planteado, pero que está funcionando como una barrera. En el caso de las mascarillas podría ser por ejemplo «sentirse normal, pensar por un rato que la pandemia (un factor muy estresor) no existe». En una ocasión acompañé una persona para la que el tabaco tenía añadida la connotación de aceptación social y dejar de fumar se traducía en un miedo no verbalizado a quedar excluido que, a pesar de proponérselo, le estaba impidiendo dejar de fumar. Darse cuenta le permitió poder desmontar esta creencia, buscar alternativas que lo hicieran sentir seguro en la interacción social y la pertenencia al grupo y poder por fin dejar de fumar definitivamente.

Esta resistencia no sólo se presenta en el momento de dejar conductas poco saludables sino también cuando intentamos incorporar nuevas, por eso a menudo el trabajo de introspección nos puede ayudar a aumentar la motivación hacia el cambio, y detectar todos estos mecanismos que están funcionando de manera subconsciente e inconsciente, y ponerlos al descubierto para poderlos trabajar y cambiar. Esto hace que una vez instaurado este cambio que proviene de modificar factores internos, disminuya la posibilidad de regreso a antiguos hábitos perjudiciales así como el mantenimiento de los nuevos hábitos que hayamos escogido.

Y es precisamente este trabajo, de búsqueda de las motivaciones internas y mecanismos subyacentes a la conducta, así como procesos emocionales asociados, el que hacemos en la consulta y que contribuye a las posibilidades de éxito.

El cambio no siempre es fácil, ni sale a la primera, pero verdaderamente vale la pena!

Y bien, la resistencia al cambio de zapatillas … la podemos analizar otro día! ????

Cuidémonos.