Un día más, un día menos.

Hoy es 8 de marzo. Para mí 8 de marzo es un día más, un día más como los otros 364 días del año durante los que trabajo cada día para abolir las diferencias, para lograr la igualdad, para educar con corresponsabilidad, para erradicar la violencia, porque todos puedan disfrutar de libertad sexual, para acabar con la explotación, y un largo etcétera.

Todo esto no se consigue saliendo a la calle un día al año, ni poniéndose el lazo, no se consigue esgrimiendo posts y charlas que hoy probablemente inundan todas las redes, no se consigue haciendo manifiestos desde los entes públicos. Todo esto no sirve absolutamente de nada si el resto de días del año no lo tenemos presente en todo lo que hacemos, especialmente en aquellos momentos donde hacerlo no da ningún tipo de rédito político ni económico ni visibilidad en las redes.

Las mujeres no necesitamos que un día al año se nos reconozca, necesitamos contar el resto del año. No necesitamos que un día al año se nos «ayude» en las tareas del hogar, necesitamos que se entienda que las tareas de un hogar son responsabilidad de quien vive. No necesitamos que un día del año se nos inunde de todas las estadísticas sobre todas las violencias que sufren las mujeres, necesitamos que se actúe con contundencia para erradicarlas y que se eduque y se den referentes para que no se perpetúe. No necesitamos saber que las mujeres sufrimos más trastornos relacionados con nuestro cuerpo y más insatisfacción, necesitamos destruir el modelo estético femenino y esta dictadura que supone la cosificación de la mujer. No necesitamos que un día al año se diga que todos los colores son de niño y de niña, sino que en las tiendas tanto niños como niñas puedan elegir todos los colores y referentes. No necesitamos que se hable de la brecha salarial, necesitamos leyes que la eliminen y empresas dispuestas a ponerlas en práctica y no buscar maneras de seguirla alentando a través de complementos de sueldo.

Así, que hoy, para mí es un día más, un día más de los que sigo y seguiré trabajando por un mundo donde vivir en la igualdad nos permita ser más libres y más felices.

Y precisamente porque es un día más, es también un día menos que queda para que la igualdad real y efectiva sea una realidad.

Cuidémonos.