Media naranja?

Seguro que te suena el mito de la media naranja, también hay otro que habla de las dos mitades de las almas que existían al inicio del tiempo, otros que hablan de un hilo invisible y mil cosas más. La cuestión es que todas estas metáforas lo que hacen es introducir en nosotros la idea de estar incompleto. Como si sin el amor, sin haber encontrado pareja, no fuéramos un ser en toda su plenitud. Y esto es especialmente marcado y duro de cara a las mujeres.

Además estas metáforas llevan en sí mismas una trampa, y es que si soy un ser incompleto, como me puedo amar? Esto hace que algunas personas consideren que no pueden ser felices si no encuentran alguna persona que las complete.

Y de hecho, precisamente en esta idea muchas veces radica la dificultad de tener pareja, de mantenerla, o de encontrarse de manera recurrente con relaciones de considerable grado de toxicidad o incluso de violencia en algunos casos. Así que la persona ve que precisamente lo que más desea es lo que no consigue, haciendo que esto la haga sentir aún más incumpleta y menos querida, y afectando aún más la autoestima.

Para poder salir de este círculo vicioso, es muy importante darse cuenta de que la base para una buena relación (ya sea de pareja, amistad, laboral, etc) debe ser una buena autoestima, y ​​una buena autoestima es aquella en la que amas suficiente como para valorarte pero no tanto como para no tener lugar para querer a nadie más. Sólo así podemos establecer límites claros de lo que es aceptable y lo que no, y entender que nuestras necesidades (fíjate que digo necesidades, y no deseos) están al mismo nivel que las de la otra persona, no por encima ni por debajo.

Ciertamente esta autoestima que se ha gestado desde la llegada al mundo no siempre es la óptima y en algunas ocasiones requiere de buscar las causas y poder repensar, pero es un trabajo que vale la pena hacer con uno mismo y que tendrá consecuencias positivas en el futuro. Tanto para poder establecer relaciones sanas, como para poder estar y ser feliz sin relación de pareja.

A mí siempre me ha gustado más pensar que somos frutas completas y que si nos apetece ya haremos macedonia.

Cuidémonos